Niño con límites, niño feliz.

El niño, como individuo en proceso de desarrollo, necesita alguien que le diga lo que es bueno y lo que es malo, quien le enseñe a distinguir lo permitido de lo prohibido. Necesita referentes y límites claros para crecer seguro y feliz.

La disciplina, en la sociedad en general, ha sufrido un cambio que ha empezado en la familia. Se ha dado un salto de un extremo al otro. Nos movimos del autoritarismo a la permisividad, antes importaba más el respeto que el afecto, ahora sólo importa el afecto y muy poco el respeto. Queremos que nuestros hijos nos quieran, aunque no nos respeten. La generación de los regañados por sus padres ha pasado a ser la generación de regañados por los hijos. Los que crecieron temiendo a sus padres, ahora le temen a sus hijos.

El niño, para poder desarrollarse adecuadamente, necesita la combinación de amor (afecto, cariño y atención), disciplina (límites, reglas y normas) y herramientas (estimulación de sus capacidades, destrezas y habilidades). Considerando la medida en que estos tres elementos están presentes o no, hay diferente estilos de crianza:

Autoritario

Un padre autoritario se caracteriza por ser muy crítico, rígido y centrado en los errores más que en lo positivo de sus hijos. Un estilo de crianza autoritario es aquel donde todo es innegociable, donde todo lo deciden los padres y no hay opción. El niño nunca tiene espacio para crear, opinar o decidir. Este estilo promueve niños rebeldes o sumisos, lo que al fin y al cabo es inseguridad.

Sobreprotector

Generalmente son padres muy afectuosos y pendientes a las necesidades de sus hijos, lo cual es bueno, pero en exceso impide que el niño desarrolle las herramientas necesarias para caminar en la vida.Son padres que asumen las responsabilidades de sus hijos como propias, toman decisiones por ellos y resuelven todos sus problemas. Esto lleva a un niño a ser dependiente e inseguro de su potencial y capacidad.

Permisivo

Este es el padre que no conoce la palabra “no”. Que piensa que amar es complacer, que no pone límites ni obliga a que se cumplan las normas y reglas. Quieren ser aceptados por sus hijos y convertirse en sus mejores amigos.

Eficaz

Tienen claro que no son iguales a sus hijos, ni en jerarquía ni en roles. Es evidente quiénes mandan en la casa. Es el estilo que logra el equilibrio entre el amor, la disciplina y las herramientas. Estos padres tienen normas claras, conocidas por los niños y, con amor y respeto, las hacen cumplir. Aunque tienen reglas claras, respetan la individualidad y capacidad de sus hijos y les permiten tomar decisiones dentro de los límites pre-establecidos.Durante la niñez, los hijos necesitan percibir que los padres están a la cabeza y que son los líderes que los guían y sujetan mientras crecen, pues aún no saben bien hacia donde deben ir. Un estilo firme, respetuoso y cariñoso a la vez es el único capaz de formar individuos seguros, independientes y con valores.